miércoles, 29 de febrero de 2012

El año bisiesto es un ajuste en el calendario gregoriano

Gregorio XIII, impulsor de la reforma del Calendario Juliano, utilizado 
desde que Julio César lo instauró en el año 46 antes de Cristo.
Un año bisiesto suele darse cada cuatro porque el calendario gregoriano que nos rige contabiliza solamente 365 días exactos mientras que el sol tarda 365 días y 6 horas en dar una vuelta completa al sol. Este desfase propicia que cada cuatro años (6x4=24 horas) tengamos que ponernos al día con el año real astronómico y estacional en febrero.

El término viene del latín bisextus, que corresponde al 24 de febrero, ya que se contaba dos veces el sexto día anterior a las calendas: primer día de los meses romanos, que se dividían en tres partes: calendas, nonas e idus. En italiano, bisesto es el día adicional, y bisestil se refiere al año en el cual se agrega este día.

Según el calendario gregoriano, la regla para los años bisiestos es la siguiente:
Un año es bisiesto si es divisible entre 4, a menos que sea divisible entre 100. Sin embargo, si un año es divisible entre 100 y además es divisible entre 400, también resulta bisiesto. Esto elimina los años finiseculares (últimos de cada siglo) divisibles sólo entre entre 4 y entre 100.

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