lunes, 25 de junio de 2012

Blade Runner: treinta años de lágrimas en la lluvia

Como muchas de las obras maestras del cine, pasó sin pena ni gloria el año de su estreno. Pero el tiempo la ha puesto en un lugar privilegiado en la historia del séptimo arte. Es un título de culto para los amantes de la ciencia ficción.

El 25 de junio de 1982, ‘Blade Runner’ llega a las pantallas de medio mundo tras incesantes pases privados, cambios en la narrativa de la historia y hasta incomprensibles mutilaciones anecdóticas que han servido de excusa a la distribuidora y al director para lanzar nuevas versiones con escenas añadidas o suprimidas, cambios en la banda sonora, retoques de efectos especiales, etc.

A muchas personas que disfrutamos con el buen cine jamás se nos olvidará la escena mítica en la que el implacable replicante Troy Batti, tras salvar la vida a quien pretende cazarle, pronuncia aquello de “todos esos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia…”

Y damos las gracias porque el destino hiciera imposible la participación de Rober Mitchum o Dustin Hoffman en el papel estelar que finalmente interpretó Harrison Ford. No así de la banda sonora original, que pese a estar compuesta por Vangelis no fue interpretada por él debido a diversos problemas con los productores, aunque en las últimas ediciones de la película sí se ha incorporado el sonido del músico griego al ‘score’.

Para completar el hito, qué mejor que la secuela anunciada ahora por su director, el británico Ridley Scott, aunque se presiente, como la mayoría de las segundas partes, en principio, difícilmente tan impresionante como la original. Scott apuesta por la vigencia de la primera: "en Blade Runner tratatamos de lo que hay después de la vida, si hay más vida o no, por eso aún es actual".

El libro de Philip K. Dick
El film está basado en la novela de Philip K. Dick ‘¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?’ (Do Androids Dream of Electric Sheep?), una novela corta, perteneciente al género de la ciencia ficción. La película ‘Blade Runner’ se basa muy libremente en la novela de Dick que, curiosamente, murió el mismo año y unas semanas antes de que se estrenara la película.

La novela trata temas como el impreciso límite entre lo artificial y lo natural, la decadencia de la vida y la sociedad, y aborda diversos problemas éticos sobre los androides. El término «androide» es usado generalmente para referirse a seres artificiales de composición biológica («Androide Orgánico» según el libro).
La acción se sitúa en un mundo cubierto de polvo radiactivo en el año 1992, tras una guerra nuclear que ha acabado con casi todos los animales. El protagonista, Rick Deckard, un ex-policía y experto «cazador de recompensas», recibe el encargo de eliminar a un grupo de Nexus 6, androides de última generación ,casi idénticos a seres humanos que ha llegado a la Tierra, huyendo de una colonia espacial debido a las terribles condiciones de vida a las que estaban sometidos.

Las personas que permanecen en la tierra viven en ciudades caóticas donde la radiación causa enfermedades y daña sus genes. Todos los animales están en peligro de extinción: el polvo radiactivo ha matado todas las aves y diezmado a las otras especies animales. En esta sociedad, cuidar un animal se considera una un símbolo de estatus social que aumenta en función de lo exótica que ésta sea. Los animales se compran y venden tomando como referencia el último número de la revista ‘Sydney’ de aves y animales; los animales extintos figuran allí con el precio del último ejemplar vendido. Las personas que no se pueden permitir un animal verdadero tienen que hacerse con uno artificial para mantener su posición social. Deckard era propietario de una oveja que muere de tétanos y se ve obligado a remplazarla por una réplica eléctrica para mantener las apariencias. Las empresas encargadas de crear, reparar y atender animales eléctricos gozan de popularidad en esta sociedad. Preguntar si el animal del vecino es eléctrico se considera tabú, una falta muy grave de cortesía.

Los cazadores de recompensas aplican el test de empatía ‘Voigt-Kampff’ para diferenciar humanos de androides. El test mide la actividad cerebral y el movimiento de los ojos en respuesta a disparadores emocionales, muchos de los cuales involucran maltrato a los animales. Como los androides no pueden sentir empatía, su respuesta emocional es significativamente diferente a la de los seres humanos.

La película de Ridley Scott
Se estrenó en Estados Unidos el 25 de junio de 1982, el mismo año que ‘E. T.’, ‘Star Trek II: La ira de Khan’ y ‘Tron’, todas con un éxito considerablemente superior al film de Ridley Scott. La cinta, protagonizada por Harrison Ford, Sean Young, Edward James Olmos, Rutger Hauer y Daryl Hannah, nos ponía tras los pasos de un caza recompensas llamado Rick Deckard, un ‘blade runner’ al que hacen volver al servicio para dar caza a unos robots Nexus 6 cuyo aspecto humano los hace muy difícil de detectar. Estos androides, llamados replicantes, han tomado consciencia de sí mismos y han dejado la colonia espacial para regresar a la tierra con la intención de que su creador les amplíe el tiempo de vida. Aunque son tratados como delincuentes no son pocos los destellos de humanidad que se van apreciando en el desarrollo de la historia.
La acción se sitúa en una ciudad de Los Ángeles post apocalíptica en un futuro año 2019, por entonces muy distante y ahora irónicamente cercano. El complejo rodaje y las constantes tensiones de un director novato dió como resultado una versión original muy oscura que no funcionó en los primeros pases con público de prueba al que se sometía a un cuestionario al salir. Debido a las expectativas resultantes de aquellas pruebas, Ridley Scott aceptó alterar algunos aspectos argumentales como un final más optimista y romántico en lugar del final original que sugería que hasta Deckard podría ser un replicante, tal y como el director ha vuelto a montar en la versión que realizó en el año 2000.

Diferencias entre la
novela y la película 
El filme sitúa la acción en el año 2019 mientras que la novela transcurre en 1992.
El filme transcurre en la ciudad de Los Ángeles mientras que en la novela se sitúa en San Francisco.
El Órgano de ánimos Penfield, las cajas de empatía, el «Amigo Buster» y el mercerismo, todos aspectos claves e importantes de la novela, no son mencionados en la película.
En la película, la atmósfera carece de polvo mientras que en la novela este está presente constantemente.
En la película, Deckard está retirado, mientras que en el libro sigue ejerciendo como cazador de recompensas.
En la película, los cazadores de androides son conocidos como “Blade Runners”. En el libro no se menciona en absoluto esa denominación sino la de «cazador de recompensas» o «cazador de bonificaciones».
Los androides son llamados «replicantes» en la película, mientras que en el libro se los menciona a menudo como «andrillos».
En la película, Luba Luft es una especie de bailarina exótica. En la novela, es una joven cantante de ópera que Deckard admira.
En la novela, los androides parecen «darse por vencidos» cuando se encuentran con la inevitable muerte, mientras que en la película son más combativos. Roy, el líder de los androides rebeldes, no fuerza una confrontación a muerte con su creador en el libro.
En la novela, Rachael y Pris son físicamente idénticas. En el film no lo son: ambas son interpretadas por dos actrices muy diferentes:Sean Young y Daryl Hannah.

En el libro, Isidore es un «cabeza de chorlito», una persona considerada sub-inteligente, un anormal, así que no se le permite emigrar. En la película se llama Sebastián y es un brillante diseñador de androides al que no se le permite emigrar debido a un desorden hormonal que le produce envejecimiento prematuro.
La película deja en el aire sí Deckard es o no un androide. En el libro, Deckard es casi con total probabilidad un ser humano.
En la novela, los androides viven un promedio de alrededor de 4 años, debido a que sus células no pueden ser remplazadas a medida que se deterioran. En la películas, se trata más de una medida de seguridad para asegurar que los androides no vivan lo suficiente como para hacerse más «humanos».
En la novela, poseer un animal es considerado prestigioso, pero como son sumamente costosos, se utilizan réplicas. Una de las obsesiones principales de Deckard es la de reemplazar su oveja eléctrica por un animal vivo. Incluso acepta el trabajo de eliminar a los Nexos 6 para obtener las recompensas y así poder comprarlo.

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